’15 de octubre. Un día por y para la justa y merecida visibilización del inmenso valor de nuestras mujeres rurales’
Al fin, cada vez son más las mujeres ‘con nombres y apellidos’; las que reciben el aplauso y se convierten en el foco de miradas de admiración y de reconocimientos por el fruto de su saber, por su trabajo, por su fuerza , por su entrega, o por la mezcla de todo ello.
Ellas, ahora, son la voz y la presencia de esas otras muchas (muchísimas) ‘anónimas’ que, cada día, se dejan la piel en nuestros pueblos. Como antes lo hicieron otras tantas que, por desgracia, nunca recibieron aplausos, ni la luz de los focos, ni reconocimientos, pero sin las que es seguro que no estaríamos aquí ni seríamos lo que somos (ni como somos).
Éste es el momento. El tiempo de hacer justicia y de, al fin, visibilizar realmente tanto esfuerzo, de tantos años, de tantas y tantas mujeres cuyos nombres nadie pronunció nunca en un micrófono, ni en las radios o las televisiones, pero que conocemos bien porque son los de nuestras madres, los de nuestras abuelas y bisabuelas.
Las mujeres rurales han sido siempre el eje de nuestros pueblos, pero ha parecido que el resto del mundo no quería verlo. Por fortuna, ahora se están poniendo en pie (la única forma en la que, de veras, todo el mundo podrá apreciar ‘su altura’). Las Administraciones debemos reconocer que hemos tardado demasiado en facilitar (y en liderar) esa urgente necesidad social que clama por dotar a las mujeres de nuestros pueblos de más oportunidades y de herramientas para su pleno desarrollo; pero ese tiempo al fin ha llegado, y no se va a detener.
No habrá compromiso mayor en la lucha contra la despoblación del medio rural por parte de las Administraciones, que el de fijar un foco especial de acción en las mujeres. Y ésa no es sino una constante preocupación y ocupación de la acción, más o menos visible pero siempre presente, de quienes componemos la Diputación Provincial de Albacete, conscientes plenamente de que cada medida que se ponga en marcha con perspectiva de género, redundará en progreso y en futuro para nuestras localidades.
Estamos trabajando en la detección de desigualdades entre mujeres y hombres en nuestros pueblos, y en el diseño y la implementación de medidas que luchen contra ellas hasta que, ojalá pronto, las hagamos desaparecer.
He crecido entre mujeres así; y, al frente de la Diputación de Albacete, no tengo sino oportunidades de encontrármelas en cada localidad que visito: ejemplos (de todas las edades) de que vivir en los pueblos no es ni puede ser retroceso, sino futuro; de que no es merma, sino un claro avance en calidad de vida. Muestras del enorme nivel, de la gran cualificación y de la excelente capacidad de generar ideas (y de hallar la manera de que funcionen) que hay en nuestras mujeres rurales.
Nuestro deber es allanarles el camino; facilitarles las herramientas que impidan que tengan que dejar su pueblo porque en él no encuentren oportunidades acordes a su cada vez más alta cualificación profesional y a su capacidad de desarrollo. Nuestros pueblos necesitan a esas mujeres porque, sólo en el arraigo femenino en todos y cada uno de ellos dándole voz y foco, estará su futuro y el del conjunto de nuestra tierra.
Gracias por tanto.
Santi Cabañero, presidente de la Diputación Provincial de Albacete.