APARECIDOS

Aparecidos.
Una antigua tradición ya olvidada llevaba a los jóvenes de Tarazona de la Mancha a pintar letreros durante la noche del sábado de gloria a la luz de la luna. A veces poemas, a veces declaraciones de amor, también elogios a la belleza de las mozas, pero otras veces los letreros acababan siendo chistes rijosos o mofas que sólo manchaban las paredes encaladas de los vecinos. Estaba tan arraigada esa costumbre que, popularmente, se le llamaba día de los letreros a aquella fecha de la Semana Santa.
Aquel sábado dos zagales del pueblo se dispusieron a salir con su pincel, su bote de ‘azulete’ y sus retahílas preparadas para escribirlas en las paredes que habían fijado como objetivo. Y en la zona del Calvario, ya a las afueras del pueblo, mientras uno pintaba el otro vigilaba por si alguien los descubría oyeron como el reloj de la torre marcaba las tres de la madrugada y de pronto un rumor que se acercaba. – ¿Qué ruido es ese? – Se preguntaban, pero no veían nada. Mas aquel ‘run run’ se oía cada vez más y ellos se empezaron a asustar. Al principio temían que algún vecino se hubiera despertado y los descubriera en su fechoría, pero entonces uno de ellos vio a lo lejos un grupo de personas que se acercaba.
En aquellos tiempos ahí estaban las últimas casas de los tarazoneros y más adelante solo había eras donde trillar las mieses y campos, pero también una zanja que los habitantes de las últimas casas usaban como vertedero. Pues bien, antes de que fueran descubiertos, saltaron a la zanja y furtivamente vieron como se acercaban unos personajes cubiertos con sallas de los pies a la cabeza, grandes y graves como reyes de la baraja, con un rostro oscuro escondido entre sombras y alumbrados por la luz mortecina de una vela. Nunca supieron si eran hombres o mujeres pues su rostro solo eran sombras; solo vieron que desde los campos pasaron por delante de ellos y siguieron su camino sin entrar al pueblo con su murmullo ininteligible. En ese momento se dieron cuenta que aquellos seres no eran de este mundo, y los dos zagales corrieron como nunca habían pensado que lo harían hasta llegar a sus casas.
Por cierto, el bote de pintura, los pinceles y las ganas de escribir letreros quedaron en aquella zanja para siempre.

Título de la ilustración: Carteles. Esta ilustración corresponde al mes de julio del calendario Cuentos y leyendas 2023.
Autor: Iñaki Tovar
Sobre la leyenda: Esta historia forma parte de esos sucesos misteriosos que suelen pasar a formar parte del imaginario colectivo de un pueblo, en este caso en Tarazona de la Mancha (Albacete). Tarazona y su Folclore. A. Jiménez.