Pepe Castro nace en Madrid en 1963, donde reside, pasa su niñez y parte de su juventud, hasta que en 1992 se afinca definitivamente en la cercana ciudad de Toledo.
Aquí comienza su vida laboral en un sector que nada tiene que ver con la imagen. Pero desde niño siente la llamada de la fotografía, posiblemente por influencia de su abuelo, Eloy Mella, operador de cámara, y más tarde director de fotografía en cine durante las décadas de los 30, 40, 50 y 60. Esta pasión le acompaña siempre como afición, formándose durante años de manera autodidacta. Con la vida ya enfocada en otro sector profesional, a priori, nunca pensó que esa afición a la fotografía, en algún momento, pudiera transformarse en algo profesional.
El salto y el cambio se produce cumplidos los 40 años, cuando decide darse de alta como fotógrafo e intentar abrirse camino profesionalmente, para ir dando el giro vital que parecía imposible.
Los primeros años fueron de búsqueda, pero no pasa mucho tiempo hasta que empieza a caminar de manera bastante desenvuelta por el terreno del retrato, donde encuentra su estilo y la manera de hacer fotografía que le llevará, con los años, a hacerse un hueco, y a ser poco a poco reconocido entre los mejores en esta disciplina fotográfica.
Quizás los primeros años, coincidiendo con la explosión de la fotografía digital y del retoque fotográfico, que en principio era lo que los retratos demandaban en exceso, no fueron los mejores para su carrera, ya que el estilo y la edición a la que se aferraba firmemente era más fiel a la realidad que a las modas, y esto en ocasiones podía parecer excesivamente duro frente a los arreglados retratos que se llevaban entonces.
Fiel a su metodología y con el paso de los años, las modas fueron pasando, y fue esa íntegra manera de captar y de respetar facciones, gestos y detalle, la que logró consolidar una obra que, a día de hoy, se ha hecho visible en el panorama nacional e internacional, convirtiéndole en uno de los actuales retratistas de referencia.
En los últimos 18 años, por delante de su cámara han pasado muchos de los más conocidos personajes de la sociedad y la cultura, tanto españoles como de otros países. Ha fotografiado a grandes actores, políticos, presidentes de gobierno, deportistas, así como a varios premios Nobel de la Paz, un proyecto personal de donde le llega el inesperado sobrenombre que algunos medios latinoamericanos le aplicaban “el fotógrafo de la paz”.
Ya con un estilo propio y reconocido, en los últimos años ha sido invitado a participar como ponente en los más importantes eventos fotográficos de España y Latinoamérica con charlas, conferencias y talleres presenciales y virtuales.
En 2016 la prestigiosa marca sueca Hasselblad le nombra embajador en España, siendo el primer español en aparecer oficialmente como tal, y poco después pasa también a formar parte del programa visionarios de la marca Olympus.
Ha colaborado con múltiples editoriales, agencias y medios, y en 2020 la revista Uppers del grupo Mediaset le propone un programa “Los Rebelados” en el que se convierte en entrevistador de un personaje célebre antes de someterle a una pequeña sesión de retrato.
Su libro Faces Book del grupo Anaya recoge una buena parte de los primeros años de su obra.