Energía
La Sección de Energía está encargada de elaborar los proyectos y dirigir las obras de Electrificación, Instalaciones eléctricas, Alumbrados públicos, Calefacción, Climatización y Energías alternativas promovidas por la Diputación en el marco de los Planes de Cooperación a las inversiones de las Entidades locales o pedidas por los Ayuntamientos directamente cuando se trata de otra entidad promotora.
Igualmente está encargada de la realización de informes, valoraciones y peritaciones de instalaciones a petición de los Ayuntamientos de la provincia, así como de llevar a cabo la medición de ruidos y la elaboración del correspondiente informe.
Se efectuó un estudio sobre el ahorro de energía en los Centros de la Administración desde el punto de vista del uso que se hace de sus instalaciones, que fue publicado en el número de septiembre – octubre de 1996 de la Revista EQUIPAMIENTO Y SERVICIOS MUNICIPALES.
Durante la jornada laboral cada trabajador desarrolla de manera inconsciente una serie de actividades secundarias sin aparente importancia, pero productoras de gasto, cuya repercusión global en la factura energética es muy elevada. Una pequeña modificación de los hábitos individuales no produce efecto negativo ni sobre las personas ni sobre el trabajo que realizan, pero puede hacer que la energía extra gastada, que no es necesaria, se reduzca sobremanera.
El objetivo de ahorro energético es un deber ciudadano que a todos nos afecta y cuyo beneficio social en todos redunda; pues, además de ser la energía un bien escaso y cada día más caro, su producción lleva aparejada una fuerte contaminación ambiental.
Aplicando unas normas elementales de ahorro, fáciles de cumplir por el personal que trabaja en los Centros de la Administración, se puede conseguir una importante economía en el uso de las instalaciones.
Dada la situación energética mundial y, en particular, la difícil situación española, la conservación de la energía no sólo es una necesidad sino un deber. La generación actual (a nivel del individuo y en el ámbito de las Administraciones) tiene la obligación de conservar la energía para las generaciones futuras, pues las sociedades que utilicen más eficientemente la energía tendrán más posibilidades de sobrevivir en condiciones energéticas adversas.
El ciudadano medio no es consciente de la escasez mundial de recursos y, educado en un ambiente ajeno a la problemática energética, actúa continuamente produciendo gastos superfluos y despilfarros.
Igualmente con relación al alumbrado público se ha realizado un estudio comparativo para determinar qué tipo de lámpara es la que proporciona las instalaciones más económicas, el cual fue publicado en los números de marzo – abril y mayo – junio de 1987 de la Revista ELECTRA
El costo total de una instalación de alumbrado público viene dado por la suma de los costos de instalación, de mantenimiento y de consumo energético. Este costo total debe minimizarse una vez cumplidos los requerimientos técnicos.
Se ha obtenido que la alternativa más barata corresponde a la lámpara de vapor de sodio a alta presión y la más cara, a la lámpara de vapor de mercurio. Actualmente empieza a ser ventajosa la iluminación con LED.
Para los alumbrados públicos que no tengan requerimientos especiales de calidad de luz la lámpara de vapor de sodio a alta presión (rendimiento en color de 27 y temperatura de color de 2.200 K) es más ventajosa que la de vapor de mercurio (rendimiento en color de 40 y temperatura de color de 3.900 K) no solamente desde el punto de vista económico sino también por la sensación luminosa creada. En efecto, el diagrama de Kruithof revela que, para conseguir una sensación de iluminación agradable, a mayor temperatura de color la iluminancia ha de ser también mayor. Por consiguiente, para las bajas iluminancias características de los alumbrados públicos, la lámpara de vapor de sodio a alta presión crea un ambiente luminoso más natural y agradable que la lámpara de vapor de mercurio a igualdad de iluminancias medias.
Con relación a las energías alternativas hay que destacar que ya en el año 1986 la Diputación de Albacete instaló en «Las Tiesas», finca agropecuaria de su propiedad, un aerogenerador de 20 kW para llevar a cabo un estudio sobre su rentabilidad.