Las armas municipales de la ciudad de Alcaraz. Por Luis G. García-Saúco Beléndez, artículo publicado en Boletín de Información «Cultural Albacete», diciembre de 1987 (número 18)

Reforma de la ermita de Nuestra Señora del Rosario, en Hellín (Albacete), según dibujo del arquitecto Justo Millán.

Dentro de la provincia de Albacete, la Ciudad de Alcaraz ofrece al investigador y curioso una muy rica y variada historia, e incluso para el estudio heráldico municipal disponemos de abundantes ejemplos materiales y noticias documentales, desde la Edad Media a nuestros días.

Alcaraz fue la primera localidad importante reconquistada a los musulmanes por los cristianos en su avance hacia el Sur-Este peninsular. Fue la llave que abriría Castilla hacia el Reino de Murcia y al Mediterráneo, entre las tierras que habrían de ser tomadas por la Corona de Aragón y la frontera con el Reino de Granada. De ahí la importancia estratégica de este enclave fronterizo que fue ocupado, tras largo asedio, por el rey Alfonso VIII de Castilla a fines del mes de Mayo, víspera de la Ascensión, del año 1213.

Parece que por iniciativa del Arzobispo Don Rodrigo Ximenez de Rada, que colaboró con el rey de Castilla en la toma de Alcaraz y del que recibió amplios beneficios sobre las iglesias de estas tierras, se pensó en cambiar el nombre de Alcaraz y llamarle Ignacia, en honor al santo mártir de Antioquía, a quien se consagró la ciudad y una parroquia ya desaparecida. Inmediatamente después se iniciaba la gran tarea de la organización concejil, con un fuero propio -directamente inspirado en el de Cuenca-, muy a propósito para la labor repobladora de una zona fronteriza. Aurelio Pretel, ilustre medievalista, ha tratado suficientemente el tema de la Historia de Alcaraz desde la Reconquista hasta la época de los Reyes Católicos, por tanto nos remitimos a sus obras1 . Tan solo hemos de recordar que la villa de Alcaraz fue la importante cabeza de un amplio alfoz que se extendía por toda la zona occidental de la actual provincia de Albacete: Villarrobledo, El Bonillo, Munera, Peñas de San Pedro, Ayna, Lezuza, etc., fueron aldeas de Alcaraz, así como por el Campo de Montiel y aún por tierras hoy de la actual provincia de Jaén.

Esta población, en principio, fue de realengo con voto en cortes, vinculada directamente a la Corona de Castilla y con amplias prerrogativas municipales, pero en el siglo XIV el Concejo de Alcaraz sufrió algunos retrocesos por diversas causas, y pasó a ser de señorío de algunas reinas: Doña Juana Manuel, esposa de Enrique II; Doña Leonor de Aragón y Doña Beatriz de Portugal, ambas de Juan I. Después los enfrentamientos y las turbulencias nobiliarias de la Castilla del siglo XV también tuvieron su reflejo en la ya Ciudad de Alcaraz, que alcanzó tal título  por merced del Rey Don Juan II en 14292.

Algunas poblaciones que antes fueron de sus tierras pasaron al dominio de los Condes de Paredes de Nava; asimismo, por algunos años las ambiciones de Don Juan Pacheco, Marqués de Villena, le llevaron a ejercer temporalmente su señorío sobre Alcaraz.

Tras los turbulentos años del reinado de Enrique IV, la Guerra de Sucesión por la Corona de Castilla, y el advenimiento al trono de los Reyes Católicos, Alcaraz intentará, sin éxito, recuperar su anterior poderío concejil. Esta ciudad es buen ejemplo de la sumisión de un municipio a la Corona, con todos los enfrentamientos que  esto llevó consigo en el momento del robustecimiento del poder real a fines del siglo XV. Los viejos concejos medievales pierden independencia y se fortalece la figura del Corregidor; se demuelen las fortalezas y cada vez hay una mayor intervención de la Corona en la vida municipal; son los inicios de la Edad Moderna y el establecimiento de las Monarquías Autoritarias o Territoriales, plasmadas en la figura de los Reyes Católicos.

Por otra parte, tras la conquista definitiva del Reino de Granada, Alcaraz y su tierra han perdido todo interés estratégico; y toda esta serie de factores anuncian una notable decadencia de la población. Así, los vastos territorios de su término municipal fueron progresivamente recortados, apareciendo distintas nuevas villas de las antiguas aldeas alcaraceñas: Villarrobledo en 1476; y ya en el siglo XVI, a modo de ejemplo, Peñas de San Pedro (1537), El Bonillo (1538), Lezuza (1553), Ayna (1565), entre otros.

Es sorprendente que pese a la decadencia manifiesta con que esta ciudad termina la Edad Media, en el siglo XVI, cuando Alcaraz ya no es tan poderosa, ofrece un auténtico apogeo artístico y cultural genuinamente Renacentista: se emprende la construcción de la magnífica plaza mayor, nace Andrés de Vandelvira, Miguel Sabuco, Simón Abril y marcha a las Indias el innovador y enigmático Toribio Alcaraz.

Todavía Carlos V dio en señorío la Ciudad a Isabel de Portugal, con motivo de su matrimonio en 15263, siguiendo la tradición de Enrique II y Juan I.

La Historia de la Ciudad de Alcaraz durante los siglos XVII y XVIII es todavía poco conocida, es la discreta población alejada de los grandes centros urbanos, siempre vinculada a Toledo, a cuya mitra pertenecía, y mirando a Andalucía, ya que es el camino natural desde Levante hacia Jaén y aún a Córdoba y Sevilla.

En el siglo XIX todas las tierras de Alcaraz que fueron de la provincia de La Mancha pasaron a formar parte de la recién creada provincia de Albacete, y de nuevo muchas de sus antiguas aldeas se constituyeron en municipios (Vianos, Viveros, EL Salobre, Peñascosa, etc. ). Por otra parte, la Desamortización, tanto eclesiástica como municipal, hizo que se privatizasen muchas tierras y desde el punto de vista artístico se clausuraron importantes conventos con la consiguiente pérdida de numerosas obras de arte.

Aún a principios del siglo XX, Alcaraz fue testigo en sus sierras del legendario bandolerismo decimonónico de Sierra Morena, y posteriormente del «maquis», tras la Guerra Civil.

Hoy Alcaraz debe asumir su gran pasado y recuperar para el futuro su gloriosa historia materializada en sus calles, de trazado de tradición islámica; en sus fachadas blasonadas y en sus desconocidas, olvidadas, pero valiosas obras de arte atesoradas en sus iglesias.

Una vez repasada brevemente la historia de esta población de Alcaraz, conviene ya adentrarse en el estudio de las armas con que se adorna y ennoblece esta Muy Noble y Leal Ciudad, que es «Llave de España y «Cabeza de toda Extremadura», de donde además tenemos la suerte de disponer de ejemplares materiales desde la Edad Media a nuestros días, así como de numerosas noticias documentales y bibliográficas.

Escudos

El señorio de isabel
El señorio

El señorío de Isabel de Portugal lo ejerció directamente sobre las ciudades de Alcaraz y Soria; y las villas de Albacete, Villanueva de la Jara, San Clemente, Molina, Aranda, Sepúlveda y Carrión.

Siguiendo dentro del ámbito de la plaza Mayor de esta ciudad, ahora nos acercamos a la parroquia de la Santísima Trinidad. Hacia los pies del templo hay una interesante capilla dedicada a San Sebastián, y que es de patronazgo municipal; el edificio es de planta centrada cubierto por una cúpula y tiene doble acceso, uno al interior del templo y otro al exterior, a la placita llamada del cementerio 6.Esta portada, de acusado carácter manierista, presenta junto a unas figuras de torsas posiciones de recuerdo miguelangelesco, las conocidas armas, las unas con el castillo y las llaves, y las otras, con las dos llaves cruzadas y bordura. También al exterior, en el lado Oeste y sobre un óculo, de nuevo aparece el escudo de Alcaraz, bajo una inscripción latina fechada en 1592. Aquí el blasón, con el castillo y llaves, tiene bordura que señala textualmente: «CAPVD (sic) ESTREMATVRAE ET CLAVIS TOTIVS HISPANIAE» (Lám.10). Es evidente que esta capilla debió construirse a iniciativa del Concejo y por la advocación y la fecha, nos parece que quizá fue el resultado de un voto de la ciudad como consecuencia de alguna epidemia de peste.

Lám. 10. Armas de Alcaraz. Exterior Capilla de San Sebastián. Año 1592.

En el lado Norte de la Plaza Mayor se levanta la llamada lonja de Santo Domingo adosada a la torre del Tardón, a la que ya nos hemos referido. Esta fábrica, de doble galería, fue la fachada del desaparecido convento dominico; en origen, debió ser la parte más antigua porticada del conjunto urbano de la plaza y de hecho conserva algunos elementos góticos. Sin embargo, en 1718 esta zona debió renovarse totalmente, construyéndose entonces los actuales arcos, a imitación de los del resto de la plaza. En esta reedificación se recuperaron distintos elementos arquitectónicos anteriores, cual es el caso de toda la galería superior, en donde aparece un escudo enteramente de época de Felipe II acompañado de los dos blasones de Alcaraz, de menor tamaño (Lám. 11).

Lám. 11. Escudos de época de Felipe II en la galería superior de la lonja de Santo Domingo, recompuesto el conjunto en 1718.

Lám. 12. Escudo de Alcaraz en una fuente en el acceso a la Calle Mayor. ¿S. XVI?

El de la izquierda del espectador, con el castillo y las llaves; y el contrario, con las llaves y orlado de la leyenda «ET CLAVIS TOCVS ISPANIE» (sic). Ambos escudos ofrecen, incluso, distinta factura, ya que el primero parece de tipo gótico y el otro posterior. Por otra parte la inscripción epigráfica que acompaña a este conjunto, está mutilada y da la impresión de haber sido recompuesta en sus bloques de piedra con posterioridad.

Todavía disponemos de otro ejemplar, quizá también del XVI, de las armas de la ciudad y es el escudo que adorna una fuente pública en el acceso a la Calle Mayor. Aquí se muestra un sumario castillo, las llaves encadenadas y se adivina en la parte alta «CAPUT ESTREMAT…» (Lám. 12).

Para terminar el repaso del siglo XVI, que tantas muestras de escudos nos ha brindado, y aunque es frecuente en los documentos municipales la referencia a las «armas de esta ciudad», citaremos dos documentos que pueden tener cierto interés, el uno es un dato de 1527 citado por Aurelio Pretel 7,  en  el que se dice que Vandelvira  -la noticia más temprana de él conocida- trabajaba en el convento de San Francisco y el Concejo le mandaba

«que se fagan los pilares conforme a la muestra y en los antepechos como el señor guardián mandare y que ponga en los pilares un escudo de armas de la çibdad… y que faga quatro escudos de armas para lo alto de la clausura».

Desafortunadamente estos escudos no los hemos podido localizar en este antiguo convento de Franciscanos, hoy residencia de estudiantes.

El otro dato sobre la ejecución de escudos pertenece a un acuerdo municipal, correspondiente a la sesión del 3 de Marzo de 1590, en el que se decía 8:

    «para comprar la colgadura del ayuntamiento de damascos y terciopelo.
    Este día se acordó que porque la sala y capilla del ayuntamiento de una ciudad tan noble y antigua y que tiene tantos propios, es razón que decore la autoridad y atavio que se deve, y porque no tiene colgadura de invierno ni de verano, parece a propósito para el uno y otro tiempo haçerlo de damasco con sus coluras (?) de terçiopelo y con sus escudos de la çibdad, y que sea de carmesí toda la colgadura. Y un dosel con su cielo que esté en el tribunal del ayuntamiento, con un escudo de armas grande con las armas reales y dos escudos a los lados con las armas de la ciudad, que sean pequeños y an de estar mas vajos que las armas reales; pareció que para lo susodicho y para que esta colgadura se ponga los dias de fiesta pública en las partes y lugares que asistiere la Çibdad…»

El documento continúa señalando algunos detalles para la ejecución de las obras: tenían que estar finalizadas en el plazo de un año y habían de pagarse de la renta de los herbajes y

«que la traça sea a dispusiçion de los señores comisarios que para ello se nombraren…»

Este documento que hemos transcrito nos parece del máximo interés, ya que indica una serie de elementos destinados al ornato de la autoridad municipal «de una ciudad tan noble y antigua». Por otra parte, se habla de unas colgaduras de color carmesí, que era el propio del pendón real, lo que nos lleva a pensar que el pendón y bandera que utilizaba esta ciudad de Alcaraz debía ser de idéntico color, pese a que no se haya conservado ningún ejemplar antiguo. Asimismo, en este acuerdo municipal se señala la necesidad de hacer unas colgaduras, que serían unos reposteros que  se expondrían los días de fiesta, allá donde acudiera la corporación municipal. De otra parte se habla de un dosel que se colocaría de una forma permanente «en el tribunal del ayuntamiento», es decir en la sala de sesiones y que ofrecería al centro un gran escudo real acompañado, a derecha e izquierda, por las armas de la ciudad, tal y como lo hemos visto dispuesto en las distintas labras heráldicas a las que ya nos hemos referido 9.

Al no conservarse la Relación Topográfica de Alcaraz realizada en época de Felipe II y que nos sirve para el estudio de otras poblaciones, recogeremos algunos textos descriptivo-geográfico-históricos, de los siglos XVII y XVIII donde se hace referencia a las armas de Alcaraz.

Rodrigo Méndez Silva, el caballero portugués que en 1645 sacó a la luz su importante «Población general de España…»10 , refiriéndose a la Ciudad de Alcaraz, entre otros datos, señala que tiene

    «por armas un dorado escudo un castillo entre dos llaves atadas con cadenas y al timbre estas letras, traduzidas en romance: Llave de España y Cabeça de Extremadura, apellido que no he podido alcanzar el origen y fundamento... Goviernanla  Corregidor, doze regidores, su fundación no consta, pero el nombre de Alcaraz es de moros…»

Lám. 13. «Armas de la ciudad de Alcaraz». Del libro, «Historia de la primera fundación de Alcaraz» de Fray Esteban Pérez Pareja. Año 1740. (Biblioteca Pública Albacete).

Muy importante para la historiografía local es la obra del franciscano fray Esteban Pérez Pareja, «Historia de la primera fundación de Alcaraz….»11 publicada en 1740. El libro se inicia en la primera de sus páginas con un grabado con las «Armas de la Ciudad de Alcaraz» (Lám. 13), donde se muestra un curioso castillo donjonado sobre peñas, surmontado de una corona, con las consabidas llaves encadenadas y el letrero: «CLAVIS HISPANIAE & CAPUT TOTIUS EXTREMATURAE».

Este curioso libro, en la línea de los publicados en aquella época y en la que se da excesiva importancia a leyendas y falsos cronicones, dedica su capítulo XV

«a las Armas que tiene la ciudad de Alcaraz y como siempre tuvo por aldea a el castillo de las Peñas de San Pedro».

En lo relativo a lo que aquí nos interesa, señala con gran minuciosidad y fantástica erudición 12:

    «Ya dixe en el Capitulo treze, donde referí la opinión de el Mestro Bartolomé Ximénez Patón, en el Tomo segundo de sus Comentarios de erudición, como el Rey Don Sancho Quarto de este nombre, llamó á Alcaraz, por excelencia, Estremadura; elogio, que años antes le avia dado el Santo Rey Don Fernando su abuelo. Y que Don Sancho, atendiendo a el servicio que la Ciudad le hizo, imbiándole un considerable socorro de gente para el Sitio de Tarifa, con el que logró la Conquista de la Ciudad, y Castillo, como el mismo Rey lo Confiessa, le dió el honroso blasón, y título de Cabeza de Estremadura, fundado en que el cerro donde la Ciudad tiene su assiento, es principio de Sierramorena, a quien Merula llama  Montes Marianos: Ex Orospeda, prope Alcaraz, Montes Mariani Insurgunt. Lo Mismo afirman Plinio, Antonio Mariana, y otros. Estos celebrados Montes Marianos, tienen principio desde esta Ciudad de Alcaraz, por la división de los Montes Pirineos. Otros Reyes la llamaron Llave de España, por estar esta Ciudad en medio de las Provincias de Toledo, Murcia, Granada, Jaén, Andaluzía, y Mancha; las que siendo todas de Moros. sólo con docientos Cavallos, y tres mil y quinientos Infantes, se defendieron de tanta multitud de enemigos, los Alcarazeños. Este fue el principio de llamar los Reyes a esta Ciudad, Llave de España. Y assí son las Armas que le han concedido un Castillo en campo roxo, y dos Llaves enlazadas con una cadena; y por orla de el Castillo esta letra: Clavis Hispaniae, & caput totius Extrematurae: Llave de España, y Cabeza de toda Estremadura.
   En llamarla Cabeza de Estremadura, parece, la acreditaron los Reyes, entre todas las Ciudades, por más excelente. Es la Cabeza  la parte superior; y aunque en aquellos tiempos tenian los Reyes de Castilla otras Ciudades más populosas; pero no otra superior en la lealtad, y fortaleza. A los Magnates de una República, los llama la Profeta Amós, Cabezas de el Pueblo: Optimates Capita Populorum; y en la Republica, y agregado de las Ciudades de Castilla, sólo Alcaraz goza el glorioso timbre de ser la Cabeza. El Castillo, y Llaves son insignias de el poder, no sólo entre los Catolicos, si también entre los Gentiles: pués para acreditar estos el que tenía el Dios Jano en su Imperio, lo dibuxavan con unas llaves en la mano: Jano pro insigni potestate Imperii amplioris, traditas fuisse Claves. Y Castillo, y Llaves tiene por Armas la Ciudad Nobiliísima de Alcaraz, que estan publicando su lealtad, su poder, y fortaleza».

Además de esta erudita y minuciosa exposición sobre las armas de la Ciudad, el mismo autor en el prólogo también dice lo siguiente:

    «LLave de toda España, y Cabeza de Estremadura, es V. S. como lo publican sus blasones en su orla: Clavis totius Hispanieae, & Caput totius Extrematurae. Son sus blasones dos llaves enlazadas con cadena, y un Castillo, que en campo roxo le ilustra, en que admira el mas discreto juizio su poder, y potestad, y el inmutable engaste de su amor a su Señor, y Rey. Por esso los Antiguos, dize Cartario, consagravan las llaves al amor ; pues diendo éste el poderoso vínculo, que mantiene su Imperio, publicava en las llaves la expression de su invencible dominio. Bien puede V.S. gloriarse de tener las llaves de la casa de David, y que mantiene sobre sus ombros la Fortaleza más singular: Dabo clavem domus David super humerum ejus. Abre, y no ay quien cierre; cierra, y no ay quien abra: aperiet, & non erit, qui claudat; Claudet, & non erit, qui aperiat; Porque manteniendo en el campo roxo de su púrpura el Alcázar de María en su milagrosa Imagen con el nombre título De Cortes, tiene en su inveterado amor la cadena, que enlaza la dorada llave de David, conque haziendo que estén siempre abiertas las puertas de sus misericordias, y favores, es tan dueña V.S. de sus continuas piedades, y milagros, que tiene en su dominio la llave de sus perennes beneficios».

Hasta aquí lo que nos dice el padre Pareja sobre las armas de la Ciudad de Alcaraz. No haremos, de momento, ninguna consideración respecto a lo que nos señala sobre las relaciones de este escudo con el rey Sancho IV, pero sí es interesante advertir que en este texto se indica por primera vez que el campo del escudo es rojo.

Lám. 14. Sello del «Muy Ilustre Ayuntamiento» de Alcaraz, usado a mediados del siglo XIX. Archivo Ayuntamiento Alcaraz.

Lám. 15. Sello de la «Alcaldía Constitucional» de Alcaraz, usado a fines del siglo XIX y principios del XX. 

Lám. 16. Escudo de Alcaraz en el remate de una ventana de la Diputación de Albacete (1877-1880). Como en los dos sellos anteriores se ha incluido en el campo: «M. L. Y NOBLE».

De mediados del siglo XVIII es la obra del Padre Murillo Velarde, quién en 1752 publicó en Madrid los diez volúmenes de su copiosa obra de Geographia Histórica13; en el tomo primero dedicado a Castilla incluye Alcaraz y señala:

    «Sus armas son un castillo, entre dos llaves atadas, con una cadena y esta letra: Llave de España y Cabeza de Estremadura, aunque nadie da razón de llamare así» 14

Por último, y recogiendo los datos que nos brinda el Diccionario Geográfico de Tomás López, obra manuscrita conservada en la Biblioteca Nacional y fechable entre 1786 y 1788, se describe el escudo de Alcaraz del siguiente modo:

    «Las Armas de esta Ciudad son un castillo en campo rojo, coronado y dos llabes,  una en cada lado enlazadas en una cadena y por orla esta inscripción: Clavis Hispaniae et caput totius extremature, que tampoco se sepa el origen o motivo de su concesión»

Llegados al siglo XIX conocemos algunos ejemplos heráldicos que, a veces, vienen a modificar ligeramente esta tradición armera. Desde mediados de siglo el Ayuntamiento de Alcaraz usó un gran sello oval, en donde se muestra una torre sobre una peña acompañada de las llaves unidas por la cadena, la palabra ALCARAZ y las letras «M. L. y NOBLE». Alrededor del óvalo, y en letra cursiva, dice: «Cabeza de Extremadura y llave de toda España». En la bordura más externa: «MUY ILUSTRE AYUNTAMIENTO» (Lám. 14).

Otro sello de menor tamaño que el anterior y usado todavía a principios del siglo XX, es el de la «Alcaldía Constitucional». Aquí en la bordura señala: «CABEZA DE ESTREMADURA Y LLAVE DE TODA ESPAÑA». » ALCARAZ, M. L. Y NOBLE». Se representa la aludida torre con las llaves, pero en punta se introduce un elemento extraño que son dos palmas cruzadas (Lám. 15)15.

La única labra heráldica que conocemos de este período, es la que adorna el remate de una de las ventanas del Palacio de la Diputación Provincial, construido entre 1877 a 1880. Aquí, junto a los elementos ya conocidos, quedan incluidos en el campo las letras «M.L. Y NOBLE» (Lám. 16).

Lám. 18. Pintura mural con las «Armas de la Muy Noble y Leal Ciudad de Alcaraz» en el salón de sesiones del Ayuntamiento. Hacia 1900, tomadas del grabado de la obra del Padre Pérez Pareja. (Lám. 15).

Lám. 19. Emblema usado en la actualidad por el Ayuntamiento en sellos y membretes. Obsérvese la torpeza de ejecución, la absurda introducción de unas palmas, sustitución del castillo por torre y la introducción de unas letras en el campo.

De 1894 es la obra de Roa Erostarbe, Crónica de la Provincia de Albacete, en la que al inicio del capítulo segundo dedicado al partido judicial de Alcaraz, aparecen las armas de la Ciudad, con el castillo, las dos llaves, aquí puestas hacia abajo y la cadena aparenta estar por detrás del aludido castillo (Lám. 17).

En el salón de sesiones del Ayuntamiento de Alcaraz, sobre la puerta de acceso hay una pintura mural, de escasa calidad, con un escudo oval, directamente inspirado en el grabado de la obra del Padre Pareja, con la torre donjonada y sumada de una corona. Alrededor, y en el campo dice: «ARMAS DE LA MUY NOBLE Y LEAL CIUDAD DE ALCARAZ» y en la bordura «CLAVIS HISPANIAE & CAPUT TOTIUS EXTREMATURAE» (Lám. 18).

Ya en nuestros días, en el siglo XX, se ha utilizado unos torpes modelos armeros; por una parte, la torre sumada de corona y actualmente, en membretes y sellos, aparece una pobre versión heráldica en cuyo campo se incluye: una torre -que no castillo-, con las llaves con cadenas, las letras «M. L. Y NOBLE» y en la parte inferior dos palmas, todo dentro del campo del escudo (Lám. 19).

Llegados a este punto conviene tomar conclusiones sobre los diversos aspectos que hemos planteado a lo largo de estas líneas.

Así, podemos señalar que la Ciudad de Alcaraz ha usado a lo largo de su historia dos tipos de armas: unas, formadas por el castillo y dos llaves unidas por la cadena; y otras, simplificadas o resumidas, formadas por las dos llaves encadenadas puestas en sotuer; frecuentemente en este segundo caso suelen tener bordura con la inscripción alusiva. Asimismo, cuando se han representado ambas versiones, con frecuencia ha sido acompañando las armas reales, ya que Alcaraz es ciudad que siempre defendió su vinculación a la Corona, y por cuya independencia con respecto a ambiciosos señores luchó siempre. Por otra parte, cuando Alcaraz usa de sus armas «plenas» ofrece el primer modelo con la bordura y la leyenda. Así lo vemos, por ejemplo en la labra del exterior de la capilla de San Sebastián de 1592.

Otra cuestión se plantea sobre estas armas y es saber los esmaltes y metales que correctamente tienen los escudos de esta Ciudad. Consideramos, según la referencia que nos brinda el Padre Pareja (1740) que el campo es de gules; el castillo, de oro, siguiendo quizá lo que indica Méndez Silva (1645). El castillo es según las versiones del siglo XV y XVI, del tipo tradicional castellano, mazonado, almenado y con tres torres; y sin duda, aclarado de azur. Es decir, el mismo tipo que el que por primera vez se usó como armas de los reyes de Castilla, precisamente por el rey Alfonso VIII, conquistador de Alcaraz en 1213. En cuanto a las llaves no sabemos nada, aunque parece que éstas deberían ser de plata y las cadenas de sable, así al menos se han pintado en algunas versiones. Consideramos que la bordura, para mayor simplicidad, ha de ser de plata y las letras de sable. Estos mismos elementos cromáticos se deben usar en las dos versiones del escudo de la Ciudad, en las que podemos denominar armas plenas y en las simplificadas.

Otro tema que debemos abordar es el de la inscripción con que se honra la Ciudad de Alcaraz; sin embargo, dos son las versiones que suelen aparecer, a saber:

1) CLAVIS HISPANIEAE ET CAPUT TOTIUS EXTREMATURAE = Llave de España y Cabeza de Toda Extremadura.

2) CLAVIS TOTIUS HISPANIAE ET CAPUT EXTREMATURAE = Llave de toda España y Cabeza de Extremadura.

La versión primera es la que aparece en la ilustración del libro del Padre Pareja, mientras que la segunda, con sus variantes y resúmenes parece más común en las muestras heráldicas del siglo XVI. Ambas frases, sin embargo, vienen a tener idéntico significado.

Entendemos que simbólicamente las llaves indican apertura y cierre. Así Alcaraz con su ocupación en 1213, es la llave que abre el camino de Castilla hacia el reino de Murcia y al Mediterráneo, entrando abiertamente hacia las tierras islámicas. Por otra parte, con la toma de Alcaraz, indirectamente se cierra el paso a los posibles deseos de los aragoneses de conquistar el reino de Murcia. Aunque entre Aragón y Castilla se había firmado ya el Tratado de Cazola, donde quedaban establecidos los límites entre ambos reinos, pero quizá todavía permanecía en el recuerdo la infructuosa expedición de Alfonso I hacia Andalucía entre 1125 y 1126. De ahí el valor estratégico que alcanzaba Alcaraz como avanzada castellana en tierras islámicas.

En la misma línea de lo anterior viene la voz «Extremadura», entendida como zona conquistada o cabeza de puente en las tierras al otro lado del Duero, río que durante tantos años fue fronterizo entre la España Musulmana y la Cristiana. El título de «cabeza de Extremadura» también lo ostenta la ciudad castellana de Soria16. Así pues, la frase latina y las llaves están íntimamente unidas. En cuanto a las dos versiones de la aludida inscripción, ya hemos indicado que las dos tienen idéntico sentido y cualquiera de las dos es válida, pero habida cuenta de que parece que ha sido más corriente la expuesta en la publicación del Padre Pareja, hoy nos inclinamos a aceptar, en una buena ordenación armera, la de «CLAVIS HISPANIAE ET CAPUT TOTIUS EXTREMATURAE».

Continuando dentro del significado que pueda tener la cadena  que une las dos llaves enmarcando el castillo, quizá pueda hacer referencia al largo cerco que el rey Alfonso VIII mantuvo para la conquista de la Ciudad en 121317. Hemos de recordar también, el sentido que efectivamente como símbolo de cerco y de ruptura del mismo tiene en la Baja Edad media las cadenas que se incluyen en las armas navarras, según parece por la legendaria intervención de Sancho el Fuerte, Rey de Navarra, en la Batalla de las Navas de Tolosa, precisamente con el rey Alfonso VIII, un año antes de la toma de Alcaraz.

En cuanto al castillo que campea en el blasón, consideramos que debe referirse a la misma fortaleza de Alcaraz, ya que es frecuente que aparezcan estos elementos en los escudos de las poblaciones que tienen o tuvieron castillo, aunque en este caso también el castillo heráldico de Alcaraz pudiera relacionarse con las armas del propio rey Alfonso VIII, que como hemos indicado fue el primero en utilizar tal elemento como signo propio y que tanto eco había de tener en las armerías posteriores.

Otro aspecto hemos de tener en cuenta en el estudio del blasón alcaraceño y es el de definir su antigüedad. El Padre Pareja, como ya hemos recogido antes, indica en 1740, que el rey Sancho IV (1284-1295),

    «atendiendo a el servicio que la Ciudad le hizo, imbiandole un considerable socorro de gente para el sitio de Tarifa con el que logró la conquista de la Ciudad y castillo, como el mismo rey lo confiesa le dió el honroso blasón y título de Cabeza de Extremadura…»

Esta afirmación es bastante interesante pues precisamente la andaluza Ciudad de Tarifa, de épica historia en su conquista, ostenta un escudo muy parecido al de Alcaraz, con un castillo, aquí sobre ondas, y con tres llaves, que fue rehabilitado modernamente 19. Sin embargo, pese a la afirmación del Padre Pareja que supone que el escudo de Alcaraz fue concesión de Sancho IV, por la toma de Tarifa en 1292, consideramos que las armas alcaraceñas todavía han de ser algo más antiguas y deben corresponder al mismo momento de la toma de la población en 1213, e incluso nos parece extraño querer buscar un acontecimiento ajeno al propio municipio para justificar tal escudo; por otra parte, si el escudo hubiera sido concedido pro Sancho IV en el inventario de documentos y privilegios  de la Ciudad, hecho en 1496 a fin de ser confirmados por el Príncipe Don Juan, estaría allí recogido, y sin embargo no aparece20. Es decir, que probablemente las armas de Alcaraz fueron adoptadas por el propio concejo cuando éste comenzaba a organizarse tras la conquista de la población.

Por último y como colofón, nos parecería totalmente correcto que el Ayuntamiento de la Muy Noble y Leal Ciudad de Alcaraz, reutilice sus armas tradicionales que podrían ser, de acuerdo a lo expuesto en estas líneas del siguiente modo: De gules, un castillo de oro con tres torres, almenado, mazonado de sable y alcarado de azur; acompañado de dos llaves, de plata, una en cada flanco, guardas arriba, puestas en palo y unidas en punta por una cadena de sable. Bordura de plata, con la inscripción en letras de sable: «CLAVIS HISPANIAE ET CAPUT TOTIUS EXTREMATURAE». Al timbre, corona real cerrada española.

Este escudo, así descrito, es el que debe utilizarse en todos los aspectos burocráticos y oficiales del Ayuntamiento de la Ciudad. Por otra parte y en determinadas situaciones más solemnes, como es el caso de fiestas locales o nacionales, así como en el salón de sesiones, se debe usar el escudo real de España, al centro; y a la derecha e izquierda, de menor tamaño, y a más baja altura, los de la ciudad, en sus dos versiones y sin timbrar. A la izquierda del espectador, el que antes hemos descrito, pero sin bordura; y al lado contrario, las que hemos definido como armas resumidas que son, de gules, con dos llaves de plata unidas por una cadena y con bordura de plata, con la inscripción aludida en letras de sable. Estos escudos, así definidos, se deben hacer en reposteros, tapices o banderas de color carmesí que es el color tradicional del pendón real y el que aparece descrito en el acuerdo municipal, que hemos transcrito de 3 de Marzo de 1590 y así servir de ornato a «una ciudad tan noble y antigua» que durante más de setecientos años ha utilizado unos símbolos propios que la han definido y pregonado con un sentido, ya histórico, el ser «llave de España y Cabeza de toda Extremadura».

TÉRMINOS HERÁLDICOS INCLUIDOS EN ESTE TEXTO.

  • Aclarado: Dícese del castillo o torre donde las ventanas y puertas son de otro color.
  • Acostado: Piezas secundarias colocadas a los lados de otra principal.
  • Azur: Azul.
  • Bordura: Partición del escudo que rodea el ámbito del blasón en su interior.
  • Cantón: Esquina.
  • Castillo: Construcción defensiva de planta poligonal, con tres torres, la central de mayor altura.
  • Diestra: Parte derecha del blasón. Izquierda, según la contempla el espectador.
  • Donjonado: Castillo o torre con una torre más pequeña en lo alto.
  • Gules: Color rojo.
  • Mazonado: En las construcciones líneas de mampostería.
  • Punta: Parte inferior extrema del escudo.
  • Sable: Negro.
  • Siniestra: Parte izquierda del blasón. Derecha, según la contempla el espectador.
  • Sinople: Verde.
  • Sotuer: Dícese de las piezas que están puestas en forma de aspa.
  • Sumada: Pieza colocada sobre otra tocándose entre sí.
  • Surmontada: Pieza colocada sobre otra sin tocarla.
  • Torre: Construcción almenada de planta circular, sin rematar en otras torres.

  1. Vid PETREL MARÍN, Aurelio: Alcaraz, un enclave castellano en la frontera del siglo XIII. Imp. Fuentes. Albacete, 1974. Una ciudad castellana en los siglos XIV y XV (Alcaraz, 1300-1475). I.E.A. N.º1. Albacete, 1978. La integración de un municipio medieval en el estado autoritario de los Reyes Católicos (La Ciudad de Alcaraz, (1475-1525). I.E.A. N.º 3. Albacete, 1979.

    Conquista y primeros intentos de repoblación del territorio albacetense (Del Período islámico a la crisis del siglo XIII). I. E. A. N.º 27. Albacete, 1986.
    Asimismo vid. el libro reciente de GARCÍA DÍAZ, Isabel: Agricultura, ganadería y bosque. La explotación económica de la Sierra de Alcaraz (1475-1530).I.E.A. Nº 30. Albacete, 1987.

  2. El título de Ciudad fue concedido por Juan II, según privilegio de 5 de Diciembre de 1429 fechado en Medina del Campo. Este importante documento, ya honorífico, se conserva en el Archivo Municipal de Alcaraz (N. º 16) y ha sido publicado por Aurelio Pretel en su libro Una Ciudad Castellana….. (pág. 259).
  3. El señorío de Isabel de Portugal lo ejerció directamente sobre las ciudades de Alcaraz y Soria; y las villas de Albacete, Villanueva de la Jara, San Clemente, Molina, Aranda, Sepúlveda y Carrión.
  4. Este documento lo publica LOZANO SÁNCHEZ, Agustín: «Hacia un `corpus documentorum toletanum´ para la historia de las provincias manchegas de Albacete y Ciudad Real». Rev. Al-Basit. N.º 8, págs. 55-90. Albacete, julio 1980.
  5. CARRASCOSA GONZÁLEZ, Jesús: Las torres de la Ciudad de Alcaraz. Comisión de monumentos. Albacete, 1929.
    -SANTAMARÍA CONDE, Alfonso: «Sobre arquitectura del siglo XVI en Albacete» . Rev. Al Basit. Nº 1, pág. 69. Albacete, Diciembre, 1975.

       -GARCÍA-SAÚCO BELÉNDEZ, L. G., SANTAMARÍA CONDE, A.: «Arte del Renacimiento» en Catálogo Exposición Albacete, tierra de encrucijada. Núms. 96 y 97. Diputación, Ayuntamiento, I.E.A. Centro Cultural Villa de Madrid, 1983.
    El nombre de Tardón viene dado por la campana concejil llamada así. Esta campana, que hay es la del reloj, fue construida el año 1444.

    6 Sobre esta capilla vid. SANZ GAMO, Rubí: «Construcciones vandelvirescas en la iglesia de la Santísima Trinidad de Alcaraz». Rev. Al-Basit. Nº 0, págs. 76-83. Albacete, Agosto, 1975.

    7 PRETEL MARÍN, Aurelio: Noticias inéditas sobre el arquitecto Andrés de Vandelvira y otros canteros de Alcaraz a principios del siglo XVI. Instituto Bachillerato Andrés de Vandelvira. Albacete 1975, pág. 19.

    8 Libro de acuerdos del Ayuntamiento de Alcaraz (1589-1591). Fol. 88. Secc. Mun. Libro N.º 248. A.H.P. AB. Dato facilitado por José Sánchez Ferrer.

    9 Sería de desear que en la actualidad, el ayuntamiento de Alcaraz, «una ciudad tan noble y antigua», dispusiera su salón de sesiones en esta forma, con un dosel de damasco carmesí, con un gran escudo de España bordado, al centro, y acompañado de las armas de la ciudad.

    10 MÉNDEZ SILVA, Rodrigo: Población general de España, sus trofeos, blasones y conquistas heroycas, descripciones agradables Madrid, 1645. Citado por RODRÍGUEZ DE LA TORRE, Fernando: Albacete en textos geográficos anteriores a la creación de la provincia. I.E.A. Albacete, 1985.

    11 PÉREZ DE PAREJA, Esteban: Historia de la primera fundación de Alcaraz; y milagroso aparecimiento de Nuestra Señora de Cortes. Su autor el Padre Fray…, Lector habitual de Filosofía, exdefinidor de la santa provincia de Cartagena, Examinador Synodal del Obispado de Cuenca y morador en el Convento de Nuestro Padre San Francisco de Alcaraz. La que rendido consagra y reverente ofrece a la misma muy noble y leal ciudad. Imp. J. Tomás Lucas. Valencia. 1740.

    12 Op. cit. págs. 83-84.

    13 MURILLO VELARDE, Pedro: Geographia Histórica donde se describen los Reynos, Provincias, Ciudades, Fortalezas, Mares, Montes, Ensenadas, Cabos, Rios y Puertos... Imp. G. Ramírez. Madrid, 1752. Citdo. por RODRÍGUEZ DE LA TORRE, Fernando: Albacete en los textos geográficos … (op. cit.).

    14 Op. cit. T. I. pág. 337.

    15 Estos dos sellos son los que se enviaron al Archivo Histórico Nacional en 1876. Arch. Histórico Nacional. Caja N º 1.  Nº 8. En la nota que los acompañaba se decía «se ignora el tiempo que están en uso los sellos».

    16 El escudo de la Ciudad de Soria lleva la inscripción: «SORIA PURA CABEZA DE EXTREMADURA».

    17 Sobre el cerco y toma de Alcaraz véase el curioso texto, ya del siglo XV, Al-Himyari publicado por PACHECO PANIAGUA, J.A.: «El castillo de Alcaraz en la obra del geógrafo musulmán Al-Himyari (s. XV)». Rev. Al Basit. Nº 10. Págs. 73-83. Albacete, Diciembre, 1981.

    18 PÉREZ PAREJA, E.: op. cit. pág. 83.

    19 DELGADO Y ORELLANA, José Antonio: Heráldica oficial de la Provincia de Cádiz. Diputación Provincial. Cádiz, 1983, Págs. 379-386.

    20 Este inventario de fecha 1 de Agosto de 1496 lo publica PRETEL MARÍN, A.: Una Ciudad Castellana… (op. cit.). Págs. 320-328.